viernes, 31 de octubre de 2014

Relaciones humanas: ¿la primera impresión es la que cuenta?

Aunque esté muy extendida la premisa social de que “las apariencias engañan”, y aunque para la misma ciencia la primera impresión no contaba demasiado cuando de comunicar rasgos de la personalidad se trataba, lo que podemos transmitir a través de nuestra imagen es bastante más de lo que creemos. Veamos cómo influye la primera impresión en las relaciones humanas

Lo que puede decir nuestra imagen

Una investigación emprendida por los psicólogos Laura Naumann, de la Universidad de Sonoray Sam Gosling, de la Universidad de Texas, en Austin, ha concluido que la imagen personal puede ser muy reveladora respecto a ciertos rasgos centrales de la personalidad.
Los investigadores observaron que con solo una imagen controlada o reposada de una persona, se pueden deducir importantes rasgos de la personalidad, como por ejemplo, la introversión o la extraversión.
Pero lo más revelador del estudio de Naumann y Gosling fue que cuando estas personas manifestaban comportamientos expresivos (posturas sonrientes o enérgicas), los juicios sobre sus rasgos de personalidad fueron acertados en nueve de cada diez casos.
¿Qué se puede saber sobre la personalidad de alguien con una primera imagen? Los expertos concluyeron que los rasgos de personalidad que se pueden obtener mediante la observación de estos comportamientos expresivos son de gran valor y utilidad. Nos referimos nada menos que a la extraversión, la amabilidad, la responsabilidad, la estabilidad emocional, la apertura social, la simpatía, la autoestima, la soledad, la religiosidad y hasta la orientación política.

Poses controladas y naturales 

Estos importantes resultados fueron obtenidos por el equipo de Naumann y Gosling mediante la observación de fotografías de cuerpo completo de 123 personas que nunca habían visto antes. Se observó a los colaboradores, tanto en pose controlada con una expresión facial neutral, como en una pose definida naturalmente por el mismo. Estos datos se cotejaron con otros relacionados con la auto-evaluación de los participantes, y la información aportada por otras tres personas que conocían muy bien a los colaboradores de imagen en cuestión.
Según Naumann, con este tipo de conocimiento, las personas pueden optar por definir su apariencia de manera específica para generar las impresiones que se espera de ellos.  Lo que parece estar claro es que, según cómo sonriamos o estemos parados, mostraremos indicios de tensión o tranquilidad, de energía o cansancio.
Si estamos más abiertos a la experiencia, seremos menos propensos a vivir con excesiva pulcritud, pero nos vestiremos de una manera bastante distintiva. Mientras tanto, aquellos que muestran una apariencia limpia y saludable, a menudo cuentan con una conducta más consciente y reflexiva.
Asimismo, el estudio reveló diferencias entre hombres y mujeres, ya que ellas están mucho más influenciadas por las demandas culturales a la hora de mostrar su imagen, por lo que los resultados en ellas fueron más difíciles de obtener. 
¿Crees que de la primera impresión es clave para el éxito o fracaso en ciertos aspectos de la vida? Y hablando de apariencia y primeras impresiones, ¿sabías que los niños pequeños confían más en las caras bonitas?

martes, 28 de octubre de 2014


  • EL ESTALLIDO EMOCIONAL 



 Es importante reconocer las reacciones que nos provoca en el cuerpo cada una de las emociones, y también establecer su origen, pues como se verá a continuación, nos permiten reconocer los llamados 'secuestros del centro emocional' o 'estallidos emocionales'. Todos hemos tenido, tenemos y tendremos reacciones extremas que no se encuentran bajo nuestro control, a esto se le conoce como 'estallido emocional'. Es en esos momentos cuando, por poner un ejemplo, el centro emocional del cerebro (tema que veremos muy pronto) rige al centro racional.

 Estos pueden ser tanto momentos de crisis (una pérdida, una agresión, un susto) como de gran disfrute (una buena noticia, un beneficio inesperado, el encuentro con un ser querido, etcétera.). Normalmente, cuando entra un estímulo a través de nuestros sentidos, la información pasa al tálamo (una región primitiva del cerebro), donde se traduce neurológicamente, y la mayor parte ella pasa después a la corteza cerebral, donde funciona nuestra parte lógica y racional. Es la corteza quien se encarga de tomar la decisión ante el estímulo sensorial. Sin embargo, no toda la información pasa en forma directa del tálamo a la corteza. Una parte más pequeña de la información pasa directo del tálamo al centro emocional, lo que permite que tomemos una decisión instantánea e instintiva antes de que nuestra parte racional logre procesar la información. Esta relación instantánea y automática entre el tálamo y los centros emocionales es la que origina el "secuestro emocional" o "estallido emocional", y el resultado es que actuamos antes de pensar, a veces para beneficio nuestro y otras para perjuicio nuestro. Así, el cerebro, la corteza racional, no puede ejercer control cuando se presenta una emoción extrema. Lo que sí puede determinar es cuánto va a durar dicha emoción.

 En los estallidos emocionales se producen también fenómenos expresivos como gritos y sollozos. Se perturba el tono afectivo habitual, se altera el ritmo de los pensamientos y se pierde, en algunos casos, el control de los actos. En las emociones muy violentas, se liberan los sentimientos reprimidos, reaparecen modos primitivos donde el sujeto puede expresar palabrotas y hasta realizar gestos brutales.


 Fuente: Inteligencia Emocional .ORG


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